Sin lugar a dudas, Chile atraviesa una dura crisis habitacional. En este sentido, los asentamientos informales han ido en aumento en los últimos años. Según cifras presentadas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), actualmente se registran 1.091 campamentos a nivel nacional. Dentro de este contexto muchas personas viven en condiciones de extrema vulnerabilidad y experimentan segregación urbana.
Pero ¿de qué manera se puede intervenir en estos territorios? La política de vivienda actual considera la radicación de las familias en el mismo asentamiento como una de las soluciones, ya sea a través de un proyecto habitacional o de la regularización del campamento.
En la primera opción, se construye un conjunto de viviendas en el mismo lugar donde ya viven y se mejora el entorno al proveer equipamiento y espacios públicos. En la segunda, las familias obtienen un título de dominio y acceden a servicios básicos como agua potable y alcantarillado. Dentro de esta alternativa existe la posibilidad de mejorar sus hogares. Por tanto, ambas estrategias contemplan un proyecto urbano integral.
El Plan de Emergencia Habitacional del Minvu incluye la radicación —por vía urbanización o vía complejo residencial— en el programa “Construyendo Barrios”. Este plan considera la intervención en 414 campamentos del país, los cuales representan el 38% del total. Uno de sus objetivos es consolidar comunidades en sectores donde ya se han generado redes y vínculos, además de mejorar la calidad de vida de los residentes. Asimismo, visibiliza una manera de habitar la ciudad basada en la organización y gestión comunitaria.
Como fundación estamos realizando un levantamiento de información socio-territorial, técnico y urbano en cuatro campamentos de Antofagasta junto a sus actores locales. Esto, con el propósito de evaluar si el terreno es apto para la radicación de las familias y orientar a las autoridades a tomar decisiones. En esta línea, en agosto el Gobierno Regional y la Seremi de Vivienda y Urbanismo firmaron un acuerdo para la construcción de barrios y la radicación por urbanización en la segunda región.
De este modo, se toman como referencia criterios establecidos en instrumentos públicos del Minvu: el terreno donde se emplaza el campamento es de propiedad pública, no posee restricciones normativas, se encuentra fuera de zonas de riesgo y presenta factibilidad técnica y económica; el asentamiento cuenta con cierta antigüedad, hay un porcentaje relevante de viviendas consolidadas y existe la voluntad de radicarse; por último, el campamento no está integrado en la ciudad a pesar de su buena localización.
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