Es probable que a más de alguno le haya llamado la atención la gran capacidad de convocatoria que suelen tener espacios públicos deportivos no tradicionales, como lo son los pump tracks, skateparks, muros de escalada y parques de calistenia, entre otros. Este tipo de infraestructuras suelen generar un fuerte sentido de apropiación y uso por parte de grupos específicos, los cuales van generando dinámicas que activan el espacio y su entorno, detonando así nuevos procesos sociales.
Ejemplo de ello, es lo que ha ido ocurriendo con el pump track “Frutipark Los Volcanes” de Frutillar, el cual nace del trabajo articulado entre la Municipalidad de Frutillar, la empresa constructora Parkland, con aportes de la Fundación Mustakis y PLADES, y vecinos de la comuna.
El mes pasado, en este espacio, se realizó el primer campeonato de bicicletas, instancia en la que participaron alrededor de 250 personas, de las cuales cerca de 100 se inscribieron a competir. Niño/as, jóvenes, adultos e incluso algunos adultos mayores, provenientes de 12 comunas y 4 regiones distintas, se reunieron a compartir en torno a un espacio común.
Según una reciente evaluación realizada por la Fundación Urbanismo Social, uno de los principales aportes que ha significado este espacio para sus usuarios no sólo tiene que ver con que permite y promueve el desarrollo deportivo, sino principalmente, con que es considerada un gran lugar de encuentro. Si bien esto último puede sonar algo básico, representa la esencia del rol del espacio público, ya que contribuye a construir ciudadanía. Otras características del espacio destacadas por la comunidad usuaria tienen relación con su ubicación estratégica, que es de acceso gratuito, y que es un espacio que permite el aprendizaje mutuo.
Iniciativas como el Frutipark nos invitan a la innovación urbana; a repensar en las formas en que diseñamos, ejecutamos y administramos nuestros espacios públicos. Abrirnos a nuevas soluciones, distintas a la clásica multicancha o sede social, incorporar más y mejores procesos de diseño participativo, generar alianzas público-privadas para complementar recursos e involucrar a las comunidades en la administración de estos espacios son sólo algunos caminos que nos permitirán desarrollar territorios que sean física y socialmente más sostenibles en el tiempo.
Por Martín Montes Marín
Director Regional Los Lagos, Fundación Urbanismo Social
Fuente: Diario El Llanquihue