El déficit habitacional se ha transformado en un dolor para miles de familias en Chile y la realidad en la comuna de Antofagasta es crítica, donde el 75% del déficit habitacional se concentra en el borde cerro, el cual tiene en algunas de sus zonas, condiciones geográficas que son inseguras para usos habitacionales.
Este problema se podría acrecentar. Nuestra estimación es que el déficit cuantitativo en la comuna alcanzará este año las 18.000 viviendas. Sin duda, el escenario no es alentador y las políticas públicas implementadas hasta ahora, no han logrado generar soluciones concretas, rápidas ni eficientes.
Hace ya casi un mes y luego de una extensa tramitación en el Congreso, se aprobó la Ley de Integración Social, que permite aumentar la construcción de viviendas sociales con integración social, a través de densificación equilibrada en zona de desarrollo urbano y a su vez, mejorar los mecanismos de gestión de suelo en los procesos de habilitación normativa y de planificación urbana. A esta primera medida también se suman el desarrollo de los planes de emergencia habitacionales que estima construir 260 viviendas en los próximos 4 años. Sin duda esto es un primer paso para avanzar en esta materia, pero tenemos una enorme tarea por delante, en donde debemos trabajar en soluciones diversas para llegar a puerto.
Es clave avanzar en una hoja de ruta con soluciones en el corto y mediano plazo, las cuales se deben construir desde una mirada integral e innovadora en política habitacional que logre constituir los diversos mecanismos y herramientas con las que cuentan los organismos públicos en materia habitacional, articule a la multiplicidad de actores, organizaciones e instituciones de todos los sectores que intervienen en el territorio, y establezca directrices públicas y privadas para la toma de decisiones a fin de disminuir el déficit.
La ventaja con la que cuenta la ciudad es que hay terrenos disponibles, de hecho gracias al Plan Estratégico Habitacional que estamos desarrollando, hemos podido identificar más de 52 hectáreas de terrenos potenciales, públicos y privados que se podrían disponer para dar solución a esta crisis humanitaria.
Hoy tenemos una gran oportunidad y un enorme desafío país, para buscar soluciones concretas e innovadoras que nos permitan articularnos entre sociedad civil, sector público y el mundo privado. Las familias no pueden seguir esperando.
Por Matías Carrión
Director Regional Antofagasta
Fundación Urbanismo Social
Fuente: Coweb