Risas y mucha alegría se vio hoy entre los niños que participaron en el taller “Construyendo Nuestro Espacio Público”, realizado en el barrio Punta del Sol y Carrascal
A eso de las once de la mañana las sedes comunitaria de los barrios Punta del Sol y Población Lo Amor empezaron a llenarse de vida con los niños que asistieron al taller para pensar y soñar su entorno. Primero, se les invitó a dibujar y crear sus casas soñadas, materializándolas en una goma eva que cortaron y dejaron colgar en sus cuellos con lana.
Luego se desarrolló un Juego de Líneas donde se les pidió moverse según las preguntas planteadas. “Si se sienten escuchados en sus hogares, muévanse hacia el cuadrado izquierdo”. La mayoría de los participantes se movió al lado derecho, lo que refleja las dificultades generales de nuestra sociedad actual respecto a reconocer a los niños y niñas como personas con derechos y opiniones.
Más tarde participaron en “Nuestros Recorridos”, agrupándose en parejas y escribiendo lo más significativo de las cosas que hacen durante el año. Llamó la atención a las investigadoras que ninguno de los niños de Rancagua dibujó su escuela, ni el trayecto
que recorren para llegar a ella. Los de Carrascal recordaban con mucho cariño el jardín infantil al que iban, donde les enseñaban a hablar mapudungún.
Después, tras dividirse en 3 grupos, se crearon igual cantidad de mapas del barrio ideal que los pequeños imaginaban. En Punta del Sol aparecieron ideas importantes, como la de recuperar el sitio eriazo ubicado frente al barrio, al costado de la caletera, para crear una cancha de fútbol y varios espacios recreativos. Esto debido a que muchas veces no les permiten jugar en las plazas –por temor a que dañen las plantas- o en los estacionamientos. En Carrascal, en tanto, aparecieron ideas como techar la cancha de baby fútbol y ponerle bancas, mejorar las áreas verdes y crear un lugar más agradable para conversar. Un hito fundamental en este barrio para los niños es el recientemente creado museo a cielo abierto de murales PoblacionARTE
Durante el receso los niños disfrutaron de frutas, barritas de cereal, muffin, papas fritas, galletas y jugo. Al volver, llegó el momento culmine: con ayuda de las investigadoras crearon dos grandes maquetas en bases de cartón nido de abeja que reflejaron lo que los niños querían para sus barrios. Cancha de fútbol, árboles y las áreas de recreación fueron los puntos destacados. En otra maqueta había un quiosco saludable, de puras frutas y verduras y, en la otra, una gran área de picnic y un lago con barquitos y tiburones.