Ley Miscelánea: impulsando el desarrollo de proyectos habitacionales

Recientemente, se publicó en el Diario Oficial la Ley Miscelánea. Esta ley tiene como objetivo principal facilitar la construcción de viviendas y obras urbanas en Chile, lo que se traduce en una excelente medida para abordar el déficit habitacional que enfrentamos como país. Pero, ¿qué significa su puesta en marcha?

La Ley 21.558, también conocida como “Miscelánea”, modifica diversos cuerpos normativos para adecuarlos al Plan de Emergencia Habitacional. En esta línea, busca flexibilizar y perfeccionar normativas urbanísticas y de construcción existentes, adaptándolas a las necesidades actuales. Esto posibilitará que las empresas exploren nuevas soluciones y enfoques para la edificación de proyectos habitacionales, lo que a su vez promoverá la innovación en el sector de la construcción.

Por otro lado, la ley busca disminuir la burocracia y simplificar los trámites administrativos, lo que permitirá una mayor celeridad en la obtención de permisos y autorizaciones. De esta manera, se agilizará el inicio de proyectos de vivienda de interés público. Asimismo, se espera que esta medida reduzca significativamente los tiempos de espera y los costos para los desarrolladores inmobiliarios.

La nueva legislación, también contempla incentivos económicos para fomentar la construcción de viviendas sociales y la regeneración urbana en áreas de alta densidad poblacional. Esto pretende atraer a más actores del sector privado, generando una mayor oferta de proyectos habitacionales y un aumento en la inversión de infraestructuras urbanas en el país. 

Proyecto René Schneider, fotografía cortesía de Daniel Angel.

Al respecto, entrega beneficios tributarios a las empresas que donen terrenos con fines habitacionales a sus trabajadores y a los particulares que lo hagan para proyectos de pequeños condominios, además de extender transitoriamente el beneficio del crédito especial del IVA a la construcción. 

Asimismo, fomenta la creación de proyectos urbanos integrados, con equipamientos adecuados y la incorporación de áreas verdes y espacios públicos, que buscan generar comunidades sostenibles y mejorar la calidad de vida de los habitantes. 

En este sentido, su publicación representa un avance significativo para hacer frente a la escasez de viviendas, donde sus principales dimensiones también benefician el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, como lo es nuestra fundación.

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Un urbanismo más social para ciudades más seguras

A principios de la década de los noventa, la ciudad de Medellín era considerada internacionalmente como una de las más violentas del mundo. De hecho, en 1991 la cifra fue de 381 homicidios por cada 100 mil habitantes, con un número anual de 11 mil asesinatos. Actualmente, y más de 20 años después, la ciudad da cátedra sobre seguridad. La gran pregunta es, ¿cómo se pudo llevar a cabo este cambio?

Uno de los factores del éxito de este proceso fue la transformación urbana que tuvo la ciudad. Alejandro Echeverri, arquitecto, urbanista y académico colombiano, quien participó activamente de este proceso, ha destacado durante toda su carrera la importancia de sumergirse desde la mirada del urbanismo social, palpitando los reales problemas de la población en sus territorios, elemento aportado en todo el caso Medellín.

El panorama en la ciudad colombiana era de constantes conflictos, en medio de una guerra de bandas criminales y guerrillas por el control de los barrios, fenómeno que llevó a las personas a tener que encerrarse cada vez más. Aquí se llevaron a cabo diferentes proyectos urbanos integrales que generaron una intervención en la ciudad, desarrollando edificaciones para que las personas pudieran ocupar parques, teatros, bibliotecas, universidades, polideportivos, entre otros.

Pero las medidas de transformación no terminaron ahí. De hecho, se impulsaron instancias como talleres para conectar con la población que vivía su día a día en estos lugares. Echeverri, también asesor de Urbanismo Social, quien compartió sus experiencias hace algunos días en las oficinas de la Región Metropolitana de la fundación, en una entrevista del 2017 se refirió a la importancia de que las personas pudieran generar, junto con los cambios que van experimentando a raíz de los proyectos urbanos bajo estos contextos, un relato acorde con sus vivencias y que estos, logren hacerse parte de estas transformaciones.

Sin lugar a dudas, hoy el país presenta una crisis de seguridad. Una situación que genera que la población decida aislarse en sus casas, dejando de disfrutar de su vida fuera de ellas. Es por esto que explorar alternativas de la mano del urbanismo y diseño de espacios, desde la apropiación e involucramiento de las personas de un inicio, que aumenten el uso y recuperen espacios estratégicos, podrían generar un aporte para tener ciudades más seguras en Chile. 

Foto: cortesía Alejandro Echeverri + Valencia Arquitectos

Foto: cortesía Alejandro Echeverri y Valencia Arquitectos.

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